Delitos de lesiones

Delitos de lesiones: lo que hay que saber sobre este flagelo

Para poder darle un nombre a una circunstancia adversa que pudiéramos estar enfrentando nosotros mismos o alguna persona próxima a nosotros, debemos poder contar con herramientas para identificar dicha situación, así conocer cuáles medidas son recomendables tomar. 

Si otra persona, o grupo de individuos, está perjudicando tu  integridad corporal o tu salud física o mental, o bien, la de alguien cercano a ti, entonces estás siendo víctima de un delito de lesiones.

¿Qué es un delito de lesiones?

 Tal vez el término sea algo nuevo para ti, pero si prestas atención puede que logres identificar el flagelo, bien sea por alguna incómoda experiencia personal o a través de los ojos de alguien más.

   El delito de lesiones, del cual hablamos, es una clase seria de delito en el que se atenta contra la integridad física de las personas y contra la salud individual de uno de los entes involucrados. La pena de este delito está directamente relacionada con la gravedad de los daños causados a la víctima, es decir que, tanto mayores sean los daños mayor será la pena para el agresor; en el caso de que dicha lesión se la ocasión de la muerte de la persona afectada, entonces dicho delito se convertirá automáticamente en homicidio y se procederá de la manera competente con esta clase de falta.

   En este artículo se hará la exposición de la clasificación de dichas lesiones, sus circunstancias especiales, su regulación en el Código Penal, entre otros.

Delitos de lesiones: ¿Cómo se clasifican?

 Los tipos de lesiones se clasifican de distintas maneras, sin embargo, aquí las dividiremos en cuatro clases, que son: lesiones leves, lesiones moderadas o intermedias, lesiones graves y lesiones muy graves o extremas.

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Lesiones leves

Son el tipo de lesión más superficial, por decirlo así. En el caso de que se produzca una lesión que no requiera el uso de tratamiento médico o quirúrgico entonces se ha cometido un delito de lesión leve. También es aplicable el término cuando el agresor golpea o maltrata a otro sin causarle una lesión. Este tipo de lesiones podría abarcar desde peleas vecinales, familiares, disputas laborales, riñas, hasta discusiones en el marco de accidentes de tránsito, entre otras.

Lesiones moderadas o intermedias

Este tipo de lesiones particulares representa un punto medio entre las lesiones leves y las graves; en este caso se pueden considerar como lesiones intermedias a aquellas que causan una enfermedad o una incapacidad, que duren menos de 10 días.

Lesiones muy graves o extremas

Las lesiones van a ser consideradas como muy graves cuando tienen como resultado las mutilaciones o inutilizaciones corporales. De esta manera, podemos distinguir las siguientes lesiones que son consideradas como extremas:

  • Pérdida o inutilidad de un órgano, miembro principal o un sentido, ya sea cortando, amputación o inutilización de cualquier otro modo.
  • La causa de impotencia o esterilidad.
  • La provocación de una grave deformidad, entendiéndose como un afeamiento o alteración estética permanente de las partes normalmente visibles del cuerpo, como la cara.
  • Grave enfermedad somática o psíquica.
  • Mutilación genital.

Lesiones graves

Se habla de este tipo de lesiones cuando se produce una debilitación permanente y funcional de la salud del individuo afectado. Podemos definir a esta debilitación permanente como una lesión que tiene una duración considerable, sin que la afección sea precisamente por el resto de su vida. Este tipo de lesiones no se pueden cometer por omisión ya que requiere que se hiera, golpee o maltrate a la víctima.

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Otros tipos de lesiones importantes a tener en cuenta

 Además de las lesiones anteriormente mencionadas, existen muchas otras que son relevantes y que hay que considerar para así identificar correctamente el daño que pudiera estar haciéndonos.

Lesiones consentidas

Tal es el caso de las lesiones consentidas, las cuales ocurren cuando el agraviado ha emitido expresamente su consentimiento. Considerando que este hecho sea con total libertad, es decir, bajo ningún tipo de amenazas. Por ejemplo, si quedo con un amigo mío para pelearnos mutuamente y, como resultado de dicha pelea, sufrimos lesiones, éstas pueden ser perseguidas por los tribunales, sin embargo la pena a imponer no será tan grave como cuando no existe el consentimiento. 

   Este consentimiento expreso también indulta de responsabilidad penal en los supuestos de trasplante de órganos perpetrados con arreglo a lo dispuesto en la Ley, esterilizaciones y cirugía de reasignación de género realizadas por facultativo, a menos que el consentimiento se haya obtenido viciadamente, o a través de precio o recompensa, o que el otorgante sea menor de edad o incapaz; en cuyo caso no será lícito el consentimiento suministrado por éstos ni por sus representantes legales.

Lesiones por imprudencia

 Por otro lado, también podemos mencionar a las lesiones por imprudencia, lo que se trata de un delito de resultado, que se produce por la realización de otra actividad, y no por una agresión directa. De hecho, es posible cometerlo por omisión. Es importante acotar desde el principio que las lesiones imprudentes leves no son punibles, por lo que solo se diferencia entre imprudencia grave (aquellas que afectan la salud física o mental que requieran de una primera asistencia facultativa y tratamiento médico o quirúrgico; que provocan la pérdida o inutilidad de un órgano principal o un sentido, esterilidad, impotencia, mutilación genital, grave deformidad o grave enfermedad somática o psíquica); y menos grave (ocurren cuando las lesiones son menos relevantes y, por tanto, se sancionan con un castigo penal menos severo. Será el juez o tribunal el que tendrá que determinar la imprudencia grave o menos grave.

    De acuerdo al código penal de cada país, los diferentes tipos de delitos de lesiones serán sancionados por la ley de manera específica. Si estás atravesando una circunstancia que consideras está dentro de los delitos de lesiones mencionados a lo largo del artículo, te sugerimos contactar a la autoridad competente.

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